4.30.2012

Churrascos

Hoy conversando con @reinadecapitada, me acordé de la primera vez que probé un churrasco. En casa, el naturismo regía nuestros días. Sin carne, la vida era una especie de falso remanso, un islote, una estación de servicio fallido. La carne fue, ahora que lo pienso, una primera revelación sexual. Comes carne y tu sangre se llena de sensaciones nuevas. No es una sugestión. La carne es violenta.

No entiendo por qué saber que han matado a un ser vivo, no me detiene. ¿Soy culpable?. ¿Cómo debe ser esta culpa en un mundo de aminoácidos, evasión y guerras?. Devoro un churrasco algunos días. A veces pasa una semana y no como carne. Cuando llega el día en que siento dentro de la boca ese sabor bestial, hay un pequeño renacimiento. La carne me prepara para la gesta del día, la carne trae  con su sabor, sensualidad. Como si te reconfiguraras a través de su poder.  Luego la olvidas. Tú también eres carne, esa es la conexión. Lo asumes sin racionalizarlo, hasta que surge alguna conversación sobre churrascos y adolescencia. La carne es la estrella.

4.25.2012

A veces vemos a Johnny Cash comiendo panqueques

- Los gordos más bonitos del mundo comen panqueques, te digo.

- Sí, es como una disposición estética, lo divino.

- Claro, los panqueques fragantes y la poesía. No sé por qué los gordos bonitos leen poesía o son...poéticos.

- Mira, estamos acá en un café al fin del mundo, y no hay gordos bonitos. Hay mendigos que entran, los botan y  hay gordos feos.

-  Nosotros somos robustos, y pronto estaremos flacos si no conseguimos güita. Parece que nunca seremos gordos.

- Bueno,  no es que importe demasiado.

- Habría sido un experimento para saber cómo se siente ser pesado. Así como la actual Betty, la ex de Don Drapper.

-  No somos tan bonitos como ella antesque se pusiera como una bola de cebo.

- Además nos gusta Don Drapper y  somos negros, maricas de lo mejor y cantamos.

-  Ya. Salgamos de aquí. En algún cine de Tokio, estarán pasando una película de gordos bonitos.

-  Si fuera porno, sería sensacional.

- Tanta gratificación nos caería bien. Gordos culeando en loop. O ni tanto.

-  Qué ensoñación de mierda. Tengo unas ganas de comerme un panqueque gigante.

- A darle. Mañana damos sangre y nos perdermos un día en una habitación muy japonesa.

- Pidamos el panqueque y seamos felices.

- ¡Guau!.

Rojo rojo caperucita

 Vi a Caperucita roja tirada en el jardín de Pablito. Era ella, con su capa y botas rojas porque el color rojo está de moda. ¿Por qué no me dijiste que a Caperucita  le gusta beber?. Olía a ese licor que a mi tía la mandó a la casa del miedo, donde la sacuden y le ponen agujas por sus brazos pecosos y la hacen gritar. 
Me mientes demasiado, mamá. Tu silencio me molesta. Ahora no sé qué hacer, si olvidarme de Caperucita roja, si hacerme la tonta viendo en la cocina, tantas botellas de agua mineral que huelen como esa muchacha caperuza . Tengo cuatro años,  soy más grande que Pablito.  Quería cultivar flores y ser la niña del bosque.Tú sabes, tú sabes.  Mamá, muévete, ¿qué te pasa?, ¿dónde hay príncipes y hadas madrinas?, ¿quién nos va a rescatar, mamá?.

4.23.2012

Rosa City

¿Has soñado alguna vez con una ciudad rosa?. 
A veces el sueño es  como un gif acuciante, una obsesión que terminará cuando  amanezca o cuando cruces la calle para tomar el bus. Paréntesis con algodones de azúcar en un parque de diversiones que desaparece en la ciudad  pink pixeleada  con banda sonora de Peggy Lee, You’re My Thrill. La ciudad nerviosa con flores llenas de gotas de rocío que brillan al fondo de la calle por la que caminas. Sin desempleados vagando por las paradas, sin chefs sonrientes que acaparan los carteles del corazón de la ciudad. Oh papita a la huancaína, cebiche y constelaciones gastronómicas en medio de las autopistas. Rosa city gritando sus orgasmos en medio de habitaciones vacías. No hay hoteles, no hay cuerpos, hay casas y edificios solitarios y piensas que son las bombas químicas, esas que dejan todo intacto después de haber aniquilado a  los humanos.
 Los surtidores de agua están abiertos y los parques se inundan de agua y hojas de hierba arrancadas por gansos que invaden a Rosa City. Ni siquiera hay ratas, solamente gansos que parecen reírse de la ciudad desnuda y callada, el sueño y el fin, sin superhéroes ni créditos cinematográficos. Let It Be, musita un moribundo en algún lugar de Rosa City. Se acabaron los algodones de azúcar.  The end, la nube roja.

4.20.2012

Musarañas

Ah, estás mirando musarañas que descienden del techo hasta tu nariz. Lo permites. Plataforma de piel para sus patas largas y finas que se enredan en los pelitos de tus fosas nasales y te hacen cosquillas. Algunas veces las musarañas se ausentan largo tiempo mientras te enclaustras en pensamientos profundos sobre las rosquitas de queso y una agenda utópica. Curriculum Vitae de una desconocida a la que le gusta mirar las musarañas en travesías que pasan vertiginosamente en una silla. Las musarañas son a veces la cara de Bruce Lee que está derribando a Chuck Norris, otras veces son manchas como las del test de Rorschach, tigres, pajaritos y sombras. Raras veces las musarañas se convierten en bandas sonoras, excepto en los momentos en los que se impone el simulacro del orden. Musicalizar es la salida. Las musarañas, solícitamente se transforman en sonidos de aeropuerto, que preceden por ejemplo a Julee Cruise aterrizando en un jardín de lilas, Falling, ¡Falling!.

Las musarañas huyen cuando te das cuenta que la luz ha entrado, los claxons suenan, el olor a pan horneado en la panadería del lado es fuerte. Falling, las musarañas se van.

4.19.2012

Una tapa rosada

Flassss, qué estrépito cuando dejas caer la tapa rosada del water. Te gusta molestar a la gente que en algún momento te ha fastidiado. Una chica linda que no te hizo caso y desaparecía entre las multitudes mientras te quedabas mirando musarañas, con hambre, buscando vinilos en el supercentro de una usina ambientada como tienda. O ignorar adrede a las niñas glamorosas que escriben sobre converses, novios y hastío. Te gusta tirar la tapa cuando  dices: soy el supremo jefe de las bandas blancas, un rocker maravilloso, un genio. Te miras al espejo como Travis en Taxi driver, y ves tu cuerpo en forma de huevo, pelos en el pecho, palidez, un pito largo, oloroso, que parece un gusano de seda, con soundtrack violento. Good good, you are the boss. Pito melancólico. Afuera los buses corren, la lluvia llega en el otoño abierto como un estreno de árboles mojados, con el canto de los pájaros que defecan lentamente al amanecer. Ian Curtis es un recuerdo en tu vieja polera, una señal a color en tu cuerpo. Tiras la tapa rosada del water. Habitación pink para muchachos como tú, que no toman desayuno. Freelancer iracundo.

4.18.2012

Si fuera extraterrestre

Me gustaría que en ese planeta (si la que escribe fuera extraterrestre), sus habitantes se pelearan no por dinero ni por territorios. ¿Un sueño demasiado utópico?. Si es otro mundo, las coordenadas de existencia serían otras. No creo que el hambre deje de existir porque los organismos vivos sin alimentarse se mueren, donde sea. ¿Cómo sería la atracción física en ese planeta?. Los cuerpos fusionándose de a tres con gran naturalidad.  Los orgasmos, pongámoslo de este modo: llegando por la garganta y el oído. Lo que es inadmisible en la Tierra, en ese planeta sería lo cotidiano. No sé si las especies vivas copularían entre sí. Un caballo y una muchacha. Un chico y una elefante. Nadie hablaría de amor. El lenguaje sería posiblemente, un trastorno social, una especie de emulación a gran escala, ¿una forma de fascismo?. Ellos no lo verían como tal porque ni existiría tal palabra. 

- Hola, felicitaciones, me dicen que tu hija recibió el premio base a la niña maravilla.

- Hi, ¡gracias!. Mañana será agasajada en la zona 4 de la Gran Lumbrera Solar.
(Y piensa:  me saluda y su sonrisa es gélida. Grrrr).

¿Cómo sería el lenguaje en ese planeta atravesado por mares y antártidas?  
¿Por qué dominios se pelearían sus habitantes?.

Como estoy arraigada en esta forma de vida terrícola, aunque pienso que la idea de ser extraterrestre no es idiota, me gusta pertenecer a este mundo caótico y lleno de inesperados sucesos.  Una anónima errante. No me recuerden al apocalipsis ni la lluvia radioactiva. Ah, cielazo gris.

4.15.2012

¿Quién eres, mentor?

Después de los dinosaurios y la época de las cuevas, los primeros mentores fueron los que la realeza destinó para los que creían eran los sucesores de Dios en la Tierra. De la mitología griega a la realidad terrestre, el mentor era el maestro que se dedicaba íntegramente a un discípulo. En la pre-América, el amauta era el maestro, el sabio, también designado para enseñar a los hijos de los nobles.  La dictadura de los linajes.

El mentor se concentraba en el refinamiento de un alumno. Para ser mentor, debía ser reconocido como una personalidad sobre la que no pesara ningún estigma. Ustedes imagínense el sentido de esta exigencia, sus rigores y la actitud del mentor. Si vieron El último emperador, película de Bernardo Bertolucci, recordarán al mentor inglés que enseñó al pequeño amo a develar el mundo más allá de los contornos de su palacio.

La idea del mentor en la América de los cowboys no prosperó como en Europa o en los lugares donde existió la monarquía. Martin Scorsese en su película sobre las pandillas de los primeros estadounidenses, mostró aquellas luchas a muerte por sus territorios y privilegios en medio de leyes rotas, azuzando el crimen. La poesía de Walt Whitman aún no era la sónica de los vitalistas.

¿Hoy es posible hablar de la existencia de mentores?. Académicamente, los encontramos. Son unos profesionales en sus campos. ¿Quién es tu mentor? le preguntas, por ejemplo a tu amigo que prepara su tesis sobre los colonos y la vida sexual de los indígenas. No tengo, contesta. Y te cuenta que lo que tiene, son fuentes, puentes humanos que le ayudan a perfilar lo que indaga. O sí, tiene un mentor que es un prestigioso antropólogo. Ah, orgullo. El prestigio hasta cierto punto, un cartel público, una tarjeta de platino, un referente. Te lo ganaste, apreciado mentor. (¿Te lo ganaste?).

Hace unos días vi una entrevista del periodista Beto Ortiz a  Elena Tasso, madre de Ollanta Humala, Presidente de Perú en la que el entrevistador preguntó ¿Diría que la educación que ustedes le dieron a sus hijos fue helénica? Ella replicó: ¿Helénica?. Sí, fue helénica.

 -Padre y madre fueron los mentores-

Una conclusión aparaentemente obvia es que esta educación de los Humala Tasso, marcó el camino del éxito para ser quienes son hoy. Todos, destacados y entregados a sus ideales.  Lo reduccionista les una vía fácil, que confugura todo en un perfecto puzzle. Las contradicciones no desaparecen ni con  la disciplina más férrea, porque somos humanos.  Después, en otra entrevista, el padre, Isaac Humala dijo que el nacionalismo era la médula de las enseñanzas a su hijos. No fue una educación librepensadora. Si le das ideología a una educación, le das un dogma. Tu mentor es un kantiano, digamos, en un caso o en otro, tu mentora es religiosa y el centro de sus enseñanzas tiene a un Dios como preceptor. El mentor de tu mentora es Dios. Y no todo es rígido, porque tu mentora no rechaza el diálogo con los agnósticos, los ateos, los nihilistas, etc. Aunque, no le atrae en lo mínimo la posibilidad de ver a su discípulo, acercándose a los descreídos. O en otra experiencia, me imagino que el verdadero fracaso que el mentor  asumiría, se volcaría en ver a su discípulo convertido en un estilizado o vulgar defensor del conservadurismo más penoso . El que sobretodo prohibe. El que sobretodo juzga.

¿Qué significaron todos esas jornadas pedagógicas, esas conversaciones más allá de los tópicos, las alegrías, las desazones, las preguntas, las confrotaciones con textos, cine y  la vida misma?. Todo humo.

Originalmente el mentor era un consejero, un guía. Si contabas con un mentor, podías plantear preguntas urgentes, consultar acerca de los misterios que te rondaban en los sueños y la vida cotidiana.  Hoy, ¿quién seria tu mentor?. En tiempos, en los que las tecnologías se acrecientan, los libros rebasan los ámbitos de las bibliotecas y se abren libremente en internet,  donde la profusa información llega en links y la posibilidad de escribir, crear, diseñar, difundir se expande, ¿acaso no reconocemos al mentor allí donde nos nutre con su posición en el mundo, su mirada, su actitud, sus elecciones. El mentor no nos es atribuído. Escogemos, nos despedimos de uno, elegimos a otro o permanecemos con aquel que nos resulta estimulante.. El mentor puede ser un pensador, un novelista, un profesor, un científico. No esperaremos que sea un superhéroe de la ética. Si todo lo que nos rodea es parte del eterno aprendizaje, contar con un mentor es ser afortunado. Nada mejor que lo más transparente: el ejemplo en la acción. Sea lo que fuere, el mentor no es un canalla. No se trata del sumun de virtudes en su elevada expresión. Como un San Agustín contemporáneo. Ah, piensen en los jesuístas, tan eruditos. (Proyectar la teología como una ciencia ficción con dirección teísta). Ok, es una pequeña disgresión.

Las rutas son más duras sin un mentor, te lo aseguro. El mentor deviene en todos los libros que te interesaron profundamente. Ese mentor no dialoga contigo, solamente te plantea inquietudes, te aparta o te acerca a lo que desde niño te importaba mucho y no identificabas. El mentor, la fusión de todo lo que te ha educado y tú mismo. ¿A quién pedirle un consejo? Los amigos suelen estar más perdidos que tú. La sabiduría no viene en vasitos descartables y renovables.
Si hoy no te encuentras con nadie que hable de agendas utópicas, no te descorazones. Putear al aire. Los mentores no han muerto. Somos nosotros.


4.12.2012

¿Asustadiza?


Irene

En un post sobre Drive, me refiero a Irene, la musa del conductor (Ryan Gosling) como asustadiza. Error. Irene se abate cuando ve la golpiza. Los que no han visto la película, lo sabrán cuando observen esas escenas superviolentas. Los que vieron la movie, saben a qué me refiero. He sido injusta con Irene por una palabra y preferí darle un espacio aparte acá. 
Ella tiene un aspecto -Irene- de niña con hijo. Una cara sublime y un laconismo que se complementa con el del protagonista. Son el uno para el otro, como en esos cuentos románticos, sólo que al revés. Demonios, cómo no iba a asustarse ante lo que vió. Ni aunque fuera Lana Lane o Catwoman. Lo que viene después, hacia el final de Drive, nos dice mucho de Irene. Ustedes saben o sabrán.

Funcionan los disparadores fílmicos, a través de diálogos en twitter, de una asociación al tomar el té helado,  porque te acuerdas del muchacho en esos clarososcuros  fugaces en  un restaurante y no, te dices: había luz allí.  Lo que sucede es que la película te deja con una sensación de carreteras oscuras y una melancolía cruzada con esos cuadros de Edward Hopper.  Sí, recuerdo que sobre Hopper  comentó Luis Diego Fernández  y es cierto.  Eso se fusiona con la aureola de Irene, el conductor, el niño y el esperanzado promotor.  A propósito, un raye impresionante para quienes nos familiarizamos con Walter White en Breaking Bad. Un caso.
Me estoy emocionando y dispersándome. Volvamos a Irene.  La veo, recordando cada día de su vida al conductor y como no es una mujer en la línea tarantinesca, lo recordará hasta el final y no se enamorará de otro hombre.  Tal vez se case con otro. Esa es otra historia, una maraña cinematográfica a color,  de vidas solitarias.

4.10.2012

Lex Luthor es Lex Luthor

En una mina ilegal que estuviera en su poder, usted, Lex Luthor, antes que arriesgar los ingentes bloques de oro y cobre, mandaría matar a los mineros que agonizan en un derrumbe. Todo perfectamente oculto. Evitando a toda costa que los periodistas lo averigüen. Sin una Lana Lane, cerca, eludiendo a Superman sobretodo. Lo demás es supeflúo. Usted no perdería nada, aparte de un microscópico resto de piedad.







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(Quise escribir un poema y me salieron estas líneas. No sé qué diría Mariano).
Saludos, Mariano.

Usted es mecano

No te quieres levantar porque tienes imágenes de un socavón oscuro en el que nueve cabezas emergen asustadas. 
En la rockola del muchacho que vive en el cuarto piso, Mecano canta. Mecano es la chica de pelo corto, piernas largas, vestidos transparentes. Mecano eres tú misma con el caos en los dedos, en el control remoto, en el post incomprensible. Y la memoria de los gatos que se largaron hace unos días.  No te quieres mirar la espinilla que está en tu cachete izquierdo. La espinilla y el random de las ciencias sociales en espera. Qué amalgama, como un animal estridente que se ha juntado con otros animales.

Usted pregúntese. ¿Acaso no tiene días mecano?.

4.09.2012

Adiós gatos tristes

Se morían de hambre en el jardín del anciano muerto. Eran pardos, viejos, lindos. Dejaron de maullar hace unos días. Hay rumores acerca de unos chicos malabaristas: se dice que una noche se los llevaron.  Tal vez sean las mascotas de un circo ambulante, comiendo al lado del camino, persiguiendo gatas techeras en alguna parada. Devorarán ratones, escucharán música, volverán a ser salvajes.

4.07.2012

Coyote y Bugs Bunny, oh no

No hables de tu infancia. Es aburrido porque todos hemos sido niños y las anécdotas más terribles se desatan como en un castillo de naipes, caen caen y te recuerdan cómo eras a los cinco años cuando te escondías en las grutas imaginarias de tu jardín. Bugs Bunny se reía contigo en el televisor meintras el lejano sonido de una bomba era el ruido de fondo que  azuzaba a todos. No había correcaminos al final del cuento que huyera despavorido y regresara luego, contento, otra vez. La gente no era como el coyote que tenía miedo, rabia y luego se reía. La gente se iba del país y las explosiones continuaban, la bandera era una tela blanquiroja elevada en el mástil, cada lunes, flameando hacia el cielo, en la fila de formación, en el color de unos ojos inquietos que eran los tuyos, cuando no entendías qué significaba el  amor a la patria. Sonatas religiosas y efémerides, ópera de la vida, recreo de niñas perdiéndose en sus juegos y el stop en las voces de las profesoras.  Eso también era la niebla, en una ciudad de inviernos que abrazaba a sus fantasmas con cansancio y balas.  

A los cinco años todos éramos felices por ratos,  como pequeños guerreros en medio de una lucha desconocida.

4.06.2012

Estampitas

Nos tirábamos al suelo del patio,  con nuestras estampitas a los 4 años. Las novicias se hacían de la vista gorda al paso. Si la Directora andaba por allí, nos erguíamos y nos íbamos a una esquina. Hubo una temporada en la que estuvieron de moda las estampitas de la Virgen María, regalos de las niñas que habían comulgado por primera vez. Un spleen infantil. Barroquismo en esas estampitas con encaje, bordes de filigrana, altos relieves, una maravilla. Trece años antes de convertirnos en muchachas descreídas, esos juegos apostaban a la belleza de una  madre perfecta, inmaculada, de extramundo.  María, la eterna, la de los altares y las estampas, hoy reminiscente, se parece a ese cielo de colegio, cuando el mundo era pequeño y fantástico. Madonna de nubes.

No maten a Dios (what?)

En cada audición rabiosa de proselitistas ateos. No más. Tanto ateísmo nos pudre.

Post verano feriado

La ciudad a contracorriente se parece a una canción de los Rolling Stones, con patines, skates y helados en  abril. Los restos del verano brillan y los gritos de los niños al aire libre son una escenografía ideal para caminar entre carritos de raspadillas y refrescos. Con sandalias, a lo salvaje, cruzando los parques, todos los que no han viajado en el fin de semana. Los feriados y las películas de un Cristo sufriente, los paseos en lanchas en Punta Hermosa, todas las playas, todas las sombrillas de colores, los surfers, los piropeadores, pesadísimos en las esquinas, en los portales, en los cines. Los feriados, le caen formidables a los niños. La ciudad por unos días, un hogar que  se reúne con estrépito. Los feriados siempre son el pretexto para  escapar y quiénes gozan son los niños. Pelotas volando entrecalles con redes dividiendo las pistas y chicha heladita para los campeones. Romances post-verano, cine al anochecer. Kisses.

En los hospitales y  en las cárceles, el feriado es un otro día con visitas, pase especial para llegar a la habitación de tu madre, de tu padre, de tu hermano. Un televisor en el pasillo, categorización de la salud, escenario distinto según a donde vayas.  El silencio en los hospitales se parece a los feriados de los desesperados. Sin Mickey Jagger en una rockola eléctrica. Un instrumental de Iron Maiden, sí, tocando las puertas cerradas. Opacas lucecitas de neón. Policías de guardia en las puertas de los Ministerios. Boquilla del tiempo en los días feriados, con su olor a fritanga, choclos al paso, sudor y esas ganas de darle todo al cuerpo, lo que necesita para resonar como Satisfaction, cerca o lejos de las boutiques, los supermarkets, los emporios, los megacentros, los parques de diversiones, las máquinas  de sueños que cada uno  maneja a su modo. Los días feriados se parecen a los aeropuertos sin salida de aviones, sin compra de boletos, como desnudos de campo que cada uno cubre con su historia personal.

4.02.2012

Todo lo que quieres lo tiene Frank Zappa

Aquello de hundirse en un pantano y ni darse cuenta, no es chiste. Describir cómo te hundes al fondo varía según las experiencias. La frase cliché que te dicen los profesores, los terapeutas, los gurús, las monjas, menos los enamorados para quienes una siempre es especialísima; esa frase: cada uno es un mundo tiene sus brillos. No sé si para ti todo lo que quieres está en las canciones de Frank Zappa.  Si está hay ventura en ti. Si no  disfrutas sus temas, toda esa melódica desmesurada, esa vuelta al mundo en 15 canciones [una primera vuelta] y sus secuelas, y esperas una respuesta a: ¿qué pasa si no me gusta?. Contestar sería, decir con detalles por qué te estás perdiendo de algo fundamental.

[Acá una pausa para respirar profundamente mientras muchos de ustedes dicen algún insulto]

..
.
.
.
[Continúa]

Tenemos distintas respuestas para decir qué es lo fundamental. Zappa no tiene nada que ver con una bomba nuclear y a  la vez tiene mucho que ver con eso, con el amor garabeteado en las paredes y los textos sobre las guerras.  Zappa da respuestas para el cuerpo que es más que un organismo moviéndose en los sueños , que se  despierta, se desplaza y siente. Te lavas la cara, mirándote al espejo donde ves una imagen de ti que tal vez te gusta mucho, poco o nada.  Zappa tiene una canción para burlarse de eso. No te doy un título, porque la que para mí es la canción, para ti puede no serlo. Epa, la frase cliché: cada uno es un mundo. [Un mundo se parece a otro mundo, una cara a otra, y de todas maneras: cada uno es un mundo].

También está la especulación  que plantea: las respuestas que necesito no me las va a dar Zappa, porque no me gusta su música. ¡Bingo!. Te jodiste. Argumentar por qué te jodiste, te entrega en bandeja todo y ni aún así, me vas a escuchar. Aquí viene la protesta, también cliché: hay que respetar los gustos.  ¡Algunos clichés son tan malos!.

 Sinister footwear II, distensión. Esta canción es como una película que entra a tu mente por llamaradas. Cada llamarada es como un aviso. Aunque no domines el inglés, lo que está diciendo Zappa, lo entiendes. Es el tono.  La canción se oye por momentos como  si estuvieras recibiendo ideas convertidas en emociones. Subyacen las ideas y las vas a procesar después, sin prisa. Musicalmente.
Al principio se escucha cada álbum,  te familiarizas con los temas, con unos de golpe, con otros, luego. Estos procesos son como un dancing. Qué energías.

Eso y mucho más te da la música de Fran Zappa. Ideas te da cualquier experiencia, dirías. Escuchar  las canciones de FZ no son cualquier experiencia. No una más. Es, todas las experiencias. Todo lo que quieres lo tiene Frank Zappa, me digo. O como su canción: Them or us.