8.26.2012

.skorpium en el mar (2): demonios, ¿queremos ser populares?

Sería una estupidez afirmar que linkear lo que escribiste, es autobombo. Autobombo es la insistencia a demostrar que te elogian, que te envian expresiones de fascinación. Derretidos, inclinados. Y eso lo difundes, arrobas y confirmas tu expansión, tu influencia. Les cedes la voz a todos los que se refieran a ti, una y otra vez. No es un delito. Es autobombo, una necesidad de reafirmarte públicamente. 
Anunciar que publicaste un libro como veinte veces, no me sería posible. Creo que sí, un par de veces. Si leen lo que escribiste y lo aprecian, la publicidad llegará. Creo que le corresponde a otros la divulgación. Si quieres ser tu propio agente literario (¿un novel puede pagar un agente literario?) te las pasarás divulgando lo que dicen de ti y ok, no es un crimen. En los vericuetos del mundo literario, el prestigio como en otros mundos, es un supernahelo. Una manera de legitimizarte. Lo veo absolutamente cómico. Ah, la palabra absolutamente encaja perfectamente en este territorio.

Si te sientes cómodo en el autobombo, ese es tu manera de mirar el mundo: antes que todos y todo: tú. Tampoco es nada fuera de la norma: es lo usual. 
Uno no se niega al autobombo irrogándose una superioridad moral. Otra estupidez. Lo que fluye, fluye y es una manera de situarse en el mundo. Si le das aureola, valor a esa manera para sentirte desde esa situación, alguien con alas morales, lo arruinas. Simplemente.

Grandes mareas convulsionan al mundo. Escribir para mí, por ejemplo, es una manera de contrarrestarlas. Una manera de estar. Lo demás es parafernalia.


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