2.21.2012

La obsesión fílmica

Toda obsesión, manía, impostación tiene su gran dosis de ridiculez. Somos más o menos ridículos según nos dejemos llevar por lo que nos ha configurado. Por ejemplo, afirmar: de pronto descubres algo que viste en una película. ¿Qué demonios es eso?, unos despreciarán esa manera de ubicarse en el mundo, arrastrando ficciones, armatostes estéticos, tics, ¡diálogos!.

Gilles Deleuze en sus textos sobre la imagen y la cinemática nos habla de lo que llama agenciamientos. En estos tiempos de obsesiones colectivas e individuales, el cine es un fuerte referente. La televisión con sus series actuales, dinámicas que nos marcan y en las que descartamos a unos personajes y nos quedamos con otros. Ustedes ¿saben qué personajes han traído a sus cuerpos?. Como le decía a @quimicefa*, el personaje que traje a mi cuerpo, es una Annie Hall retorcida. Tal vez más ridícula, un arlequín contemporáneo, ja.

* A su vez @quimicefa contaba que él se siente Harry, otro paradigmático personaje de Woody Allen.

2 comments:

gabriel said...

¿En esta casa puedo dejar sueltos a los perros?

hegemonic said...

Si no están con rabia, sí. No hay perreras, sólo mucho pasto y huesos con un poco de carne. Con saborrr.