3.30.2012

Petra era humo

Humo andante, Petra con sus gafas oscuras y sus vestidos setenteros a lo Betty Draper. Cuando se murió tenía los pulmones limpios. Nadie tiene una respuesta a los misterios de la muerte.  O sucumbes como un animal herido o cruzas la pista, ebrio y feliz antes de ver en un segundo cómo una camioneta golpea tu cráneo mientras los cigarrillos vuelan por los aires.

¿Canceritas?

Le decías canceritas a tu paquete de cigarrillos. Hasta la última bocanada, filtro y estertor.

Si no quiere suspirar públicamente, fume


War!

Los que escribían insultando a diestra y siniestra, eran asesinos frustrados.

Automatic

Un día dirá que anhela ser un animal poderoso como las bestias mitológicas. O querrá ser un rinoceronte. ¡Cuidado!.

Cuando dijo "ok", cambié

Si contradices a alguien por antipatía, resentimiento o qué se yo, por esos flujos psicológicos que se te salen de los poros, del impulso de no dar tu brazo a torcer o de considerar a la conversación con el otro como una guerra, tal vez te hundas en un pantano y ni te des cuenta. O lo notas cuando estás muy al fondo,  y hay cosas putrefactas chocando contigo, metiéndose a tu cuerpo. Sí, y es tarde ( ¿o no?).

Cuando mi interlocutor dijo "ok", vi su grácil movimiento; el de su boca oliendo a menthol. Observé su sonrisa que no era verdadera. Cualidad legada por las cientos de horas en ensayos teatrales que me permiten aproximarme al capo de Lie To Me, la serie. Epa, eso se aprende. 
No me puse en guardia como esos chiquillos violentos que aprietan los puños y preparan el golpe sorpresivo. No, nada. Mi timidez que ya no es patológica me dio el pare.

- Se te ve muy bien con esa blusa rosada. ¿Nueva?.
Sus ojos relumbraron un poco en medio de la atmósfera plena de neón y café. Se tocó levemente las comisuras de los labios  y me miró largo rato como si yo fuera la Reina de Saba.

Aún recuerdo su expresión de niño atontado cuando me levanté y me fui tocando apenas ese mechón de sus cabellos negros que le cae sobre la sien izquierda y le  da un aire a un juvenil Jeremy Irons. Bueno, eso es una exageración.  
Ok, susurré para mí misma, tras la puerta giratoria y me limpié el hilillo de sudor.  Saqué el celular y puse a los Cadillacs.

No pregunte, no hay íconos en este tiempo

Hay logos, stickers, tatuajes, camisetas con la cara de Messi, graffitis. ¿Qué mas?.

3.28.2012

Pancarta de fans o qué

Si todo fuera rayones de fé,  nos veríamos como acólitos de alguna creencia.  Como esos seguidores incondicionales de una cantante a la que le rinden culto. Imagínémonos en esa línea posesa, arremetiendo contra quien critique a nuestro ícono, desagarrándonos la piel como los fanáticos de un equipo de fútbol, corriendo bajo la lluvia en un día de euforia porque el lider va a hablar en una plaza de la ciudad. Magnética en las calles, en las aulas, en las habitaciones; intervención en un  corte del sexo cuando el muchacho le dice a la muchacha: tenemos que detenernos, porque me voy a la plaza, rica.




Te pinto la espalda con tinta indeleble:  ¿te vas a inmolar?.

Si piensas en la grandeza de un kamikaze, lo ves saltando de un avión con algo en los ojos que no es locura. ¿Qué era?.  No sé si hay palabra capaz de expresar lo que había en los ojos de un kamikaze. 
Nuevamente, te preguntas por los sueños  en sociedades llenas de supermarkets y capital difuminado en cada pedazo de tu historia personal.  

Todo se ve como una pintura de Andy Warhol desde la ribera despreocupada. Fúmate un cigarrillo, querida, dice el muchacho antes de ponerse gafas oscuras. Qué bien.

Si Mariátegui fuera un ícono

¿Cómo sería el presente?. En twitter, por ejemplo, conteniendo una pulsión por sus ensayos, su alegría de pensador nacido en medio de una modernidad prefigurada, sería  citado por los estudiantes de antropología, sociología y los transformadores de la politik. Repensando al país y sus traumas históricos.
José Carlos Mariátegui, te dirían al recibirte en  un solar industrial con un gran cartel. Un concierto de mariateguistas. Una utopía.  ¿Por qué no imaginarlo?.  Con contradicciones y lejos de los nacionalismos. En eso, sería inédito. 
¿Las utopías son  proyecciones soñadoras?.

¿Dónde están los beats?



Messer Chups - Tchaikovsky beat .mp3
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3.22.2012

Mort Cinder

Es el mejor pretexto, mucho mejor que el señor Manhattan y Batman. También, mejor que Fosca, el personaje de Simone de Beauvoir en Todos somos mortales.

Mort Cinder, el eterno.

Mort Cinder te busca

Como en las películas con desiertos, bandas sonoras melancólicas que de pronto se tornan violentas, Mort Cinder te busca. Te persigue en las fichas de su tesis oculta, te obliga a esconderte porque es un obsesivo que musita tu nombre en las noches solitarias sin fernet ni otra bebida espirituosa. 

El ego inflamado habita en Mort Cinder con un brillo insoportable. Mort Cinder se cree el Mesías de no sabemos, qué religión. Ah sí, tal vez de la religión de la fantasía. De los delirios sin phármakon. No, la inclusión de esta palabra: phármakon, no me la cuestionen. Se relaciona con todo, con este post, con Mort Cinder, con la filosofía y la vida. Con nuestros sueños más borderline, los que olvidamos a propósito, los que recordamos intempestivamente o los que nos asaltan en algún momento de ilusión. Como si estuviéramos frente una pirámide de Egipto o frente a un carrusel gigantesco en un cielo pleno de estrellas. Una dulce escena hollywodense que se convierte en un corto de David Lynch.  El desorden cayendo en la instantánea, el hablar solo frente a la pantalla como el muchacho que tiene frío en las botas. Plasma de turno.

Mort Cinder es un pretexto al fin. Puede ser el señor Manhattan o el mismísimo Batman. Veamos, si Batman te persigue, ¿por qué te persigue?. ¿Te has vuelto loca? No, es el uso de la analogía. ¿Encuentras el nudo? ¿No entiendes nada de nada?.

Estoy hablando del ego. Nada más. Bah, lo dije.


3.20.2012

Sharon Tate en sus retinas

Tu musa es la asesinada que por primera vez admiraste en un poster colgado en el cuarto de la correccional. El piraña Taquito Rey lo tenía como bandera de papel, fetiche, talismán, cinema de una sola toma. Sharon Tate en bikini mucho antes de que Mason y su grupo la convirtieran en carne despedazada.
No importan los detalles, porque el morbo no anula el destino de las musas. No es la dulce Juliette Lewis ni la moderna Megan Fox. Es un recuerdo fílmico con sus fauces eróticas llevándose tus sueños, cada vez que la cama tiembla con tu emoción de niño paria.

Úrsula y Bowie


Bowie se convirtió en árbol, en roble primaveral. Le sacaron el cartel de detenido con su número falaz. Le pintaron en un intento de anime motion. Mientras que los campos mojados por la lluvia se transformaron en cajitas de música donde Úrsula fue una nota de luz, una composición marginal de John Cage, una película con subtítulos sobre  fiestas infantiles con pianos de coral. Todo sucedió en la página de blogger, sin draft, directamente un eco del toc toc en las puertas de la percepción. Un juego para los pájaros de la memoria, una sintonía. Y moras en una canasta multicolor. Happiness.

3.19.2012

Tetas

Una teta fragante en tu cara, comandante.

Una teta ominosa en tu culo, Pepe Grillo.

Una teta de papel en tu moleskine, Peter Pan.

Una teta negra en el recuerdo, Kate Moss.

Miles de tetas erguidas en tu masturbación, anónimo del barrio,

una gran teta pequeña en la intempestiva, Cyrano de Bergerac.

3.17.2012

La cara de Clint Eatswood


Qué difícil separar al blog del autor que escribe en twitter, me resulta a veces. Es como ver el rostro de Clint Eatswood en medio de una brutal mañana de verano. ¿Les parece forzada la analogía?. A mí, no. Es mi vivencia. La faz de CE trae sensaciones de una sinceridad extremista. Ese es su atractivo. Los personajes de Clint Eatswood son unos duros que no buscan caerle simpático a nadie. Y todos o casi todos le quieren, porque es fantásticamente fílmico, porque destroza al villano con una mirada y unos cuantos golpes. Porque es Clint Eatswood. Porque trae recuerdos de Fogwill el escritor, porque es la imagen de todos los westerns con sus ráfagas de lo bonito, lo feo y lo malo

Así que cuando lees un blog donde encuentras que el autor no se envanece ni te tira barro, te formas una idea de su personalidad. Si esa personalidad se quiebra en su twitter, se produce el raye. No cualquier raye. Es el raye trágico. Después de racionalizar el suceso, el raye toma visos tragicómicos. De todos modos, algo duele.

3.14.2012

Refinamientos


Ayer vi un mueble ornamentado en una especie de filigrana de pan de oro. Lo mirabas y te deslumbrabas. Me dije: habría quedado perfecto para que kirsten Durnst lo use en Marie Antoniette, la película. Entretanto se acercarían sus damas de compañía a ofrecerle pastelitos y vino en copas de cristal.


Al poco rato me cansaba de mirar el mueble. Me desconcerté. ¿La belleza puede ser cansina?. La belleza meticulosa, sí.  La parafernalia del adorno.
Los aristócratas colocaban al detalle de lo que fuera, en el paroxismo. Vestidos con volantinas, encajes, pedrería, zapatos punteagudos con diamantes. Lujo.
Celebraciones barrocas, lugares barrocos.  Lenguaje barroco.  Me estoy preguntando,  por qué lo barroco tendría un lugar en los días próximos. A veces es bellamente absurdo. Quizás esa sea su garantia. Quién sabe.

Irene [o el romanticismo]

¿Ustedes creen que una musa debe ser ideal?. Hipotéticamente la musa es ideal.  El hombre ama a una mujer y la ve maravillosamente imperfecta. Sus pequitas, su nariz, los tiernos cachetes, el glorioso coño, un tic sexy.

La musa no es necesariamente una émula de Monica Belluci. Puede ser Irene, en Drive. Ah sí, vean Drive, la película. Allí está Irene, algo tímida, rubia, madre, con una sonrisa preciosa. Asustadiza y la única que le pega en la cara al protagonista. el desencadenante de las acciones del conductor del Chevy Malibú, su protector.

Irene debia ser como fue, la inocente. Una mujer con un hijo y un marido en la cárcel que de pronto sale y detiene su enamoramiento por otro hombre, o intenta contenerlo mientras desconoce en qué problemas está involucrado su esposo. Irene, lo mejor que le pasó en la vida al enigmático conductor. Irene, sin plan para conquistar a su vecino. Al natural. Simplemente.

Imagínense entrando en medio de una secuela, a Megan Fox, cuyo propósito es seducir a todo hombre que le interese. El sueño de todos los hombres, o de digamos, el 99%. Cárnicamente.

Irene no resistiría la comparación. Únicamente, si el conductor estuviera en esa segunda parte, sí resistiría. Porque ella es su musa y por nada ni nadie del mundo la va a poner en segundo plano.  El amor se insufla de extrremo romanticismo en su apogeo. Irene y el conductor lo demostrarían.

¿O ustedes creen que alucino?. El amor también es alucinación, ¿eh?.


3.13.2012

Lara

Un contragolpe sentimental: eso te dejan algunas películas. Pasa el tiempo y una canción, por ejemplo una canción te recuerda la escena de Lara, la muchacha que volteaba la esquina mientras el Doctor Zhivago interpretado por Omar Sheriff la mira a través de una ventanilla. ¿De un bus o de un tren?. Y luego, unos girasoles intempestivos. Demonios, nada de aquello es exacto. Ni los comentarios que dicen: bah, esa película trágica. Ni los girasoles inclinados por el viento en un campo lleno de luz solar.

Trust In Me. Y la manera de caminar de Lara o Julie Cristhie se mezcla con la percepción de rencores a distancia, de resonancias torcidas como graffitis rabiosos que ves al paso en la ciudad. O de un serial de Sasha Grey. Es como soñar y blasfemar. Anuncios de neón lejanos, un café frío en un vaso de ternopol, el primer viento frío de la noche. El fin del verano también es una escena de cine: Lara caminando con rapidez y el desencuentro. Un hombre llama a una mujer y ella no le escucha. Si le hubiera escuchado, todo habría sido diferente. La imposibilidad, Trust In Me.

3.12.2012

El ángel extremista

Para D

Pusimos un disco de Beach House en la Rockola mientras bailabas suavemente

cajitas musicales adornaban  tu mesa rosa, libélulas de plástico transparente y la lluvia del verano mojando la ventana

mentitas de colores y rasguños de zombies en el cuento sobre los niños sobrevivientes a la hecatombe nuclear

y el ojo del ángel extremista en una esquina de la habitación,

no le pongas final, todavía no, dijiste y un zumbido de película vino desde la sala donde papá armaba un mapa

los sonidos de una rama estrujada, el jardín de cactus, afuera el mundo, acá también

un queque de naranja y refrescos con nubes de papel para nosotras, las brujitas de Abril.

El cuento no tiene final, te digo y el ángel extremista se ríe en nuestras cabezas

la canción se acaba y la volvemos a poner en medio del vapor que las gotas de lluvia han dejado.

¿Qué pasará con tu ángel exterminador, pequeña?

Sigues bailando.

3.03.2012

Cuando el texto es una balada

¿Quién le compone una balada a su madre?. ¿Quién le compone una balada a la madre de otro?.

La baladas son recuerdos, extractos de vida, stickers en la ventanilla, tigres fugitivos,  pasajes de infiernos, extremismo.

A veces no hay balada para la madre de otro, no hay Leonard Cohen que le cante a la madre enferma. Ni escapismo, ni sexo [para olvidar].  El texto pensado se devora a sí mismo. El texto es una balada que desaparece.