3.30.2012

Cuando dijo "ok", cambié

Si contradices a alguien por antipatía, resentimiento o qué se yo, por esos flujos psicológicos que se te salen de los poros, del impulso de no dar tu brazo a torcer o de considerar a la conversación con el otro como una guerra, tal vez te hundas en un pantano y ni te des cuenta. O lo notas cuando estás muy al fondo,  y hay cosas putrefactas chocando contigo, metiéndose a tu cuerpo. Sí, y es tarde ( ¿o no?).

Cuando mi interlocutor dijo "ok", vi su grácil movimiento; el de su boca oliendo a menthol. Observé su sonrisa que no era verdadera. Cualidad legada por las cientos de horas en ensayos teatrales que me permiten aproximarme al capo de Lie To Me, la serie. Epa, eso se aprende. 
No me puse en guardia como esos chiquillos violentos que aprietan los puños y preparan el golpe sorpresivo. No, nada. Mi timidez que ya no es patológica me dio el pare.

- Se te ve muy bien con esa blusa rosada. ¿Nueva?.
Sus ojos relumbraron un poco en medio de la atmósfera plena de neón y café. Se tocó levemente las comisuras de los labios  y me miró largo rato como si yo fuera la Reina de Saba.

Aún recuerdo su expresión de niño atontado cuando me levanté y me fui tocando apenas ese mechón de sus cabellos negros que le cae sobre la sien izquierda y le  da un aire a un juvenil Jeremy Irons. Bueno, eso es una exageración.  
Ok, susurré para mí misma, tras la puerta giratoria y me limpié el hilillo de sudor.  Saqué el celular y puse a los Cadillacs.

No comments: